AtlántidaFilmFest: Compliance

Título original: Compliance
Año: 2012
País: Estados Unidos
Director: Craig Zobel
Guión: Craig Zobel
Música: Heather McIntosh
Fotografía: Adam Stone
Reparto: Ann Dowd, Dreama Walker

Valoración: 7/10
Web: http://www.filmin.es/pelicula/compliance

El planeta está en recesión y la crisis económica actual está teniendo consecuencias devastadoras en la mayoría de los países desarrollados sin entrar en la lamentable repercusión que conlleva a los países más pobres. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Tyler Durden ya apuntaba hace más de diez años en El club de la lucha que probablemente el origen de esta crisis no es económico. Pensar no está de moda y siguiendo con mismo círculo vicioso, los serios recortes en educación, investigación y desarrollo incrementarán más la crisis de valores abocándonos sin remedio hacia el fracaso como sociedad. El individuo ha dejado de pensar por sí solo manipulado por la opinión pública, dejando el sentido común a un lado en favor de la comodidad y el egoísmo. Como diría George Orwell: ¡Bienvenidos a 1984! La estupidez humana ya está aquí y tened cuidado, cada vez hay más conversos. Solo hace falta poner la televisión para darse cuenta de que no exagero. Si por suerte sois de los que no miran la televisión, podéis ver Compliance que está disponible estos días en la sección Atlas del Atlántida Film Fest.

Se podría decir que Compliance tiene el peor guion de la historia si no fuera porque está basado en hechos reales. Si preferís no caer en el borreguísimo que tan duramente he criticado podéis buscar en Internet las noticias reales en torno a Louise Ogborn o Donna Summers, que son las protagonistas de esta historia en la vida real. Toda la acción se desarrolla en un fast food, donde la encargada, Sandra, tiene que retener a una de sus empleadas, Becky, supuestamente por haber robado dinero de uno de los clientes del local. Lo mejor es no dar muchos más detalles de la trama, pero no olvidéis nunca mientras veis la película que es un hecho real.

Cinematográficamente la película va en busca de una atmósfera opresiva, cosa que consigue gracias a su estupenda y misteriosa banda sonora compuesta por Heather McIntosh y a la constante utilización de los espacios cerrados del inquietante fast food recreado. Finalmente nos queda la acertada representación de un episodio lamentable más de la sociedad norteamericana (no nos engañemos, tampoco estamos tan lejos) que a pesar de algún leve problema de ritmo en su tramo central consigue un resultado muy satisfactorio e impactante. Es de recibo recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos como sociedad. Terrorífico.