El domingo finalizó el DocsBarcelona 2013. Cuatro días de cine documental que al final han acabado por quedarse cortos. El nivel medio ha sido realmente muy bueno y según la organización el festival ha crecido en un 40% en público. Aunque la logística con los acreditados ha sido un poco precaria y podría haber estado mejor, hay que remarcar que todos los colaboradores han sido muy amables y se nota que es un festival hecho con mucho cariño. La verdad es que es todo un lujo poder gozar de él en la ciudad. Vamos a repasar el Palmarés y después seguimos con las películas vistas. Finalmente ha ganado la única película del festival que hemos suspendido, The act of killing, una victoria hasta cierto punto previsible que seguramente generará más de un debate apasionado. Sin más, nos despedimos del DocsBarcelona hasta el año que viene deseando con todas nuestras fuerzas que dure un poquito más.
Mejor película de la Sección Oficial: The act of killing
Mejor película de Nuevos Talentos: El salvavidas
Mención especial del jurado: Bajarí
Premio del público: Con mi corazón de Yambo
Premio del público teen@docs: En un chip multicolor
Palme
Valoración 7/10
Varios años antes de que el excéntrico presentador de televisión David Frost pusiese entre las cuerdas a Richard Nixon, en una de sus entrevistas le preguntaba al primer ministro de Suecia, Olof Palme, qué le gustaría que escribiesen en su epitafio. Palme le contestó que nunca había pensado en ello y que esperaba no tener que hacerlo hasta el día de su último aliento. Palme argumentó que cuando se empieza a pensar en el propio epitafio el miedo se apodera de uno mismo y las ganas por hacer cosas en la vida se pierden. Con este fragmento de la entrevista que el primer ministro sueco dio para ABC en 1969 arranca Palme. Acto seguido la pantalla funde a negro y escuchamos la llamada por radio de los servicios de emergencia. Ahora estamos en 1986, la llamada confirma que el presidente Palme ha sido asesinado a sangre fría en medio de la calle.
El apodado Kennedy europeo es una de las figuras políticas más controvertidas de la historia contemporánea. El documental nos presenta la trayectoria del primer ministro desde sus inicios en la política hasta su traumático final. Palme nos presenta una figura de clase alta, perfil socialista convencido, idealista, familiar y bastante excéntrico en sus últimos años. Formalmente un documental político al uso cuyo acierto se condensa en la enigmática y fascinante figura de su protagonista. Imprescindible para todos los fans de la política y la historia contemporánea.
Elena
Valoración 7/10
De la misma forma que en España León Siminiani nos explicaba una ruptura sentimental a través de un diario filmado en Mapa, en Brasil, la también novel Petra Costa nos abre las puertas de su alma a través de una historia de ausencia familiar en Elena. Petra no ve a su hermana desde que ésta se fue hace años a Nueva York a estudiar arte dramático cuando su sueño era convertirse en actriz profesional. En la actualidad, la realizadora decide hacer un viaje a Nueva York en busca de las respuestas sobre la desaparición de su hermana con la única ayuda de los recuerdos pasados. A diferencia del pretencioso y artificial diario de Siminiani, Elena consigue transmitir nostalgia y añoranza desde su inicio, la necesaria para una historia familiar, íntima y personal. Petra Costa no se complica con grandes fuegos de artificio para aportar un dramatismo y una atmósfera poco habituales en el género documental. Un viaje espiritual desde el interior que rebosa nostalgia por los cuatro costados.
The act of killing
Valoración 2/10
Esta crítica está escrita en base a la versión de 159 minutos de The act of killing, el director’s cut. La otra versión de 115 minutos dispondrá de otro montaje, probablemente la percepción puede ser otra, o no. Imaginad una película con una fotografía realmente sobresaliente, un guión muy malo, unas interpretaciones nefastas, sin sentido de la narración y con una banda sonora molesta. ¿Merece ser elogiada en su conjunto por solo uno de sus ingredientes por excelente que sea este? The act of killing tiene un ingrediente realmente muy potente: asesinos que durante la época de la dictadura en Indonesia perpetraron un genocidio entre la población supuestamente comunista nos dan su punto de vista en primera persona. Como si de un tratado sobre la demencia se tratase, éstos, no solo no se arrepienten de sus actos, campan a sus anchas amparados por un gobierno afín al régimen y se mofan ante las cámaras de sus crímenes. Nos muestran como filman una película en clave de humor patético donde representan escenas de los crímenes que cometieron en el pasado. El tema es muy potente. Volviendo al razonamiento inicial, lo único que puede ofrecer la película es escándalo, ningún ingrediente más. El documental peca de falta de ritmo, utiliza constantemente el recurso de la repetición, no destaca en ningún aspecto y termina por aburrir a las vacas. Nada más, solo escándalo (por su tema le doy un punto a la película).
Además del aburrimiento, el doble rasero de este producto termina por cansar aún más. Tras la sorpresa inicial, un pensamiento se apoderó de mi cabeza: los miles de asesinatos que perpetraron estos individuos fuera de campo en la historia merecen otra postproducción y desafortunadamente la película se regodea durante casi tres horas. The act of killing no es ficción y es de primera necesidad que vea la luz pública (ahí está mi segundo punto de la nota), pero en cualquier producción que se precie hay que saber abordar el tema. Repetir las mismas barbaridades hasta agotar al espectador durante las casi 3 horas que dura este director’s cut sin aportar nada nuevo pasada la primera hora es reírle las gracias a sus protagonistas, algo por lo menos moralmente reprobable. Ver como estos asesinos se regodean impunemente en la actualidad es brutal, demoledor y necesario (sí, tal y como dicen Errol Morris y Werner Herzog, dato que puede ser muy importante a la hora de valorar la película), pero finalmente el tono no es de denuncia. Una denuncia no repite continuamente las mismas barbaridades para escandalizar y hacer reír al espectador a la vez. Sí, parte de la platea se ríe con el humor de trazo grueso de los protagonistas que no paran de travestirse y sobreactuar. Repite, repite y repite (sin aportar más). ¡Bravo por The act of killing! Ni el mejor producto de la telebasura lo hubiese podido hacer mejor.
