Cold fish

Título original: Tsumetai nettaigyo
Año: 2010
País: Japón
Dirección: Sion Sono
Guión: Sion Sono, Yoshiki Takahashi
Intérpretes: Denden, Mitsuru Fukikoshi, Megumi Kagurazaka
Fotografía: Shinya Kimura
Música: Tomohide Harada
Montaje: Jun'ichi Itô

Valoración: 7/10
Web: http://www.coldfish.jp/index.html

La vida familiar de Shamoto no está pasando por su mejor momento, su segunda esposa no se lleva bien con su hija Mitsuko hecho que está empezando a afectar a su relación como pareja. Shamoto tiene una pequeña tienda de peces tropicales que le permite una aburrida pero estable vida. Todo cambia el día que le llaman para informarle que han sorprendido a Mitsuko robando en un gran almacén y que tiene que pasarse a recogerla. Una vez allí conocerá a Murata, un gracioso hombre que hará de mediador entre el indignado director de la tienda y la familia de Shamoto calmando la situación. Da la coincidencia que Murata es también el dueño de una tienda de peces y está dispuesto incluso a ofrecerle un empleo de dependienta a Mitsuko para evitar más conflictos con su madrastra. Cuando parece que las cosas mejoran y la amistad con Murata va viento en popa, Samoto hará un insólito descubrimiento respecto a su nuevo amigo que cambiará su vida para siempre.

Cold fish es la segunda parte de la trilogía del odio de Sion Sono. Tras la explosión colorista de emociones de Love exposure, Sono deja a un lado la estética pop y nos presenta una cinta oscura que se adentra en la barbarie a modo de bajada a los infiernos con la omnipresente radicalidad característica de su cine. El mal rollo se apodera de Cold fish y ni siquiera el humor negro de alguna de sus escenas acaba por levantar el ánimo al espectador convirtiendo lo que en Love exposure era una montaña rusa, en una caída en picado de principio a fin. Una vez más los excesos del cine de Sono provocan situaciones macabras que nos acercan a la demencia de sus personajes. Es así como algunas escenas tremendistas entran de lleno en el terreno del cine gore, dato importante a tener en cuenta para todos aquellos que no disfrutan de ese tipo de emociones fuertes. Quedáis avisados.

Una de las líneas comunes de la trilogía es la insólita evolución de sus personajes, sorpresa que se acentúa más al tener en cuenta el anuncio al principio de las tres películas donde se indica que están inspiradas en hechos reales. El metraje en esta ocasión sigue siendo extenso pero sus dos horas y media quedan lejos de aquellas 4 horas (geniales) sin tregua de su antecesora. Cold fish pierde en frescura y gana en asfixia, la que vive su protagonista durante su martirio particular. La impecable dirección y riqueza narrativa de Sono lo convierten en un realizador de culto y una vez más su galería de personajes pasados de vuelta vuelven a ser marca de la casa, esta vez con un hándicap: por su violencia gratuita y sus litros de sangre Cold fish puede quedar relegada a la categoría de cine underground minoritario.

Lo mejor: La fuerza narrativa sin concesiones de Sion Sono
Lo peor: Un ligero sentimiento de decepción tras el visionado de su antecesora, Love exposure.