El cine que no se ve

Sumidos ya en plena carrera por el Oscar, una gran cantidad de suculentos títulos se agolpan estos días en nuestra cartelera para ofrecernos las que serán las mejores películas del año. Entre todos esos estrenos encontramos joyas de la talla de Argo,  una historia de cine dentro del cine que se nutre de los grandes directores del thriller de la década de los 70 a la vez que ofrece buenas dosis de suspense y tensión sin tregua. El tsunami de Lo imposible sigue sumando adeptos y ya ha entrado en el tercer lugar del podio de las películas con más recaudación de la historia. Este año tenemos la suerte de disponer de una nueva entrega de las aventuras del agente secreto más conocido del mundo. Sí, estamos hablando de James Bond y Skyfall que está consiguiendo unas críticas excelentes. A los amantes de la ciencia ficción hay que recordarles que Looper sigue en cartelera por si quieren disfrutar de una película de saltos temporales con acertadas concesiones al mejor cine de acción. Finalmente, los amantes del cine de autor más exigentes disponen del exquisito ejercicio narrativo de ficciones superpuestas de En la casa o del retrato tragicómico del microcosmos napolitano de Reality, ambas llegan con el aval de los festivales de cine más prestigiosos.

Lo imposible

Mucho se va a hablar de todas estas grandes películas y es por ello que siguiendo la estela del post que publicamos este verano hemos decidido hacer una nueva entrega de El cine que no se ve. Un repaso a los títulos más interesantes y de menor alcance que consiguen llegar a la cartelera. Propuestas menores que destacan por su calidad media, merecedoras de su visionado en una sala de cine a pesar de los problemas de distribución. ¡Vamos allá!

Empezamos con una propuesta de lujo: El profesor (Detachment). El realizador Tony Kaye, responsable de la aclamada American history X, nos acerca a la problemática del sistema educativo en los Estados Unidos. Violencia en las aulas, bullying, maltrato psicológico al profesorado, ausencia de valores generacional e incluso prostitución infantil se dan lugar en la película con un realismo estremecedor en la difícil búsqueda de un mensaje de optimismo. Esta avalancha de realismo sin piedad se construye gracias a la excelente interpretación de Adrien Brody acompañado de un elenco de secundarios en perfecto estado de gracia. Kaye dirige con una factura indie y un acertado montaje dinámico que anticipa los grandes momentos de la película. Después de descubrir esta pequeña joya uno tiene la sensación de estar ante uno de los mejores estrenos del año que siguiendo la estela de La clase de Laurent Cantet, nos lleva a la reflexión sobre los nuevos retos de la sociedad actual que no apuesta (ni quiere apostar) por los cimientos necesarios para construir un futuro mejor.

El profesor (Detachment)

En una sala de Barcelona todavía se puede ver Amor bajo el espino blanco de Zhang Yimou un estreno que ha llegado con dos años de retraso. Tras una etapa dedicada al cine épico de acción, Yimou retoma su faceta más intimista a través de esta historia de amor de cortes minimalistas, ambientada en el marco de la Revolución Cultural china. Un conmovedor ejercicio de introspección poética cuya fuerza radica en su simplicidad. La excelente ambientación de la película y las emotivas interpretaciones de sus protagonistas confirman una vez más la depurada técnica de Yimou, probablemente el mejor director chino de la actualidad.

Amor bajo el espino blanco

Continuando con el cine oriental, hay que recordar que hace unas semanas se estrenó la japonesa Outrage. Takeshi Kitano deja de lado cualquier vestigio poético de sus anteriores películas y vuelve a las historias de yakuzas y a la violencia más pura de la forma más salvaje. Un juego de traiciones que se convierte en una lucha por la supervivencia para todos sus personajes. Los excesos de Kitano otorgan a la película escenas al más puro estilo gore, no aptas para todos los estómagos,y una trama complicada que hará las delicias de los amantes del cine pasado de vueltas de mafiosos. Como decía el amigo David Amorós: Outrage en realidad es un slasher ambientado en la yakuza que no deja a títere con cabeza.

Outrage

Uno de los títulos destinado a los amantes del cine clásico es Submarine que también llega a nuestras pantallas tras dos años de retraso en su estreno, la tónica habitual de las películas de este post. La ópera prima de Richard Ayoade narra las desventuras de  un adolescente que se propone salvar el matrimonio de sus padres mientras intenta encontrarse a sí mismo a través de una relación amorosa. No es de extrañar la comparación por parte de la crítica con las aventuras de Antoine Doinel, el homenaje es totalmente explícito en algunas de sus escenas. Inquietudes y sueños de juventud grabados en Super 8 para los nostálgicos, amantes del cine retro y gafapastas en general, todo ello gracias al buen gusto de su fotografía y de su banda sonora. Un debut a tener en cuenta del que ya muchos han apodado como el Wes Anderson europeo.

Submarine

Los amantes de la nueva ola de cine rumano contemporáneo están de suerte, estos días pueden ver la ganadora a mejor película, mejor actor (Branescu) y mejor actriz (ex-aequo) en el Festival de Gijón 2010. Martes, después de navidad nos introduce en la intimidad de un matrimonio acomodado que está viviendo sus últimos días. Una cinta con un ritmo muy pausado, llena de matices que hacen poder disfrutar de las ejemplares interpretaciones de sus tres protagonistas y de su hiperrealismo. Una propuesta para los que gusten del cine contemplativo de situaciones, narrada desde una naturalidad sorprendente. Solo para sibaritas.

Martes, después de Navidad

Todavía sigue en cartel El río que era un hombre de la cual os hablamos hace apenas un par de posts, una película que encaja a la perfección dentro de los parámetros de El cine que no se ve. Hasta aquí llegan las propuestas por ahora. No os quiero engañar, faltan dos títulos que teníamos muchas ganas de incluir en este post y como siempre la falta de tiempo ha jugado en nuestra contra, además si lo hubiésemos dejado para más tarde algunas otras películas dejarían de estar en cartelera. La primera es La pequeña Venecia, la ópera prima de Andrea Segre que ha cosechado excelentes críticas en la prensa internacional. La otra que no hemos tenido tiempo de ver ha sido la española O Apóstolo de Fernando Cortizo, una película de animación en stop motion que consigue una muy lograda atmósfera onírica, burtoniana. Por nuestra parte no las pensamos dejar escapar y así seguir viendo El cine que no se ve.

O Apóstolo