El ángel exterminador

Título original: El ángel exterminador

Año: 1962
País: México
Dirección: Luis Buñuel

Guión: Luis Buñuel y Luis Alcoriza
Intérpretes: Silvia Pinal, Enrique Rambal, Jacqueline Andere
Fotografía: Gabriel Figueroa
Música: Raúl Lavista
Montaje: Carlos Savage

Valoración: 9/10

—¿Piensa permanecer mucho entre nosotros?

—¿Y usted?

—No, dígalo usted antes.

—Yo vivo aquí.

—Me lo esperaba…

“Si el filme que van a ver les parece enigmático e incoherente, también la vida lo es. Es repetitivo como la vida y, como la vida, sujeto a múltiples interpretaciones. El autor declara no haber querido jugar con los símbolos, al menos conscientemente. Quizá la explicación de El ángel exterminador sea que, racionalmente, no hay ninguna.”

Luis Buñuel

Después de una velada en la ópera, un grupo de burgueses son invitados a cenar en la mansión de los Nóvile en la calle Providencia de la ciudad de México. Durante los preparativos de la cena, los sirvientes y cocineros sienten un fuerte deseo de abandonar la mansión y acaban por marcharse una vez está preparada la cena. Al terminar de cenar los invitados deciden alargar la noche en el salón acompañados de la música y de la conversación. Conforme la noche avanza se darán cuenta de que no pueden salir de la habitación por una razón que desconocen aunque en apariencia nada lo impide.

Con la intención principal de crear una catástrofe en un entorno de refinada aristocracia, asistiremos a la pérdida progresiva de las buenas costumbres y de la cordialidad a medida que el agua y los alimentos escasean y la enfermedad y la basura  aumentan. Lo que primero salta es la capa fina de barniz que cubre las formas y los modales que da paso a las necesidades fisiológicas y más primitivas para finalmente llegar al más irracional salvajismo. El ángel exterminador pretende mostrarnos una descomposición en toda regla de las relaciones sociales. Buñuel afirmó que le hubiese gustado filmar la película en Europa para conseguir un escenario realmente lujoso: 

“A veces he lamentado haber rodado en México El Ángel exterminador. Lo imaginaba más bien en París o en Londres, con actores europeos y un cierto lujo en el vestuario y los accesorios. En México, pese a mis esfuerzos por elegir actores cuyo físico no evocara necesariamente a México, padecí una cierta pobreza en la mediocre calidad de las servilletas, por ejemplo: no pude mostrar más que una. Y esa era de la maquilladora, que me la prestó.”

El título de la película está inspirado en una idea de José Bergamín. Al principio la película se iba a titular Los náufragos de la calle Providencia. Bergamín le comentó a Buñuel que quería titular una obra teatral El ángel exterminador. Buñuel, entusiasmado, le pidió prestado el título para su película, a lo que Bergamín respondió que no era suyo, sino de una obra muy antigua, el Apocalipsis de La Biblia. Con un punto de partida absolutamente irracional, pues no hay nada que obstaculice la puerta ni nadie que les obligue a permanecer en la sala, Buñuel muestra una serie de reacciones de lo más racionales y humanas, eso sí, con un metraje que está plagado de símbolos y momentos visualmente surrealistas (muestra de ella es la escena en la que las ovejas de la mansión empiezan a dar vueltas por la casa hasta llegar a su trágico destino).

El ángel exterminador es una película coral que goza de un trabajo impecable en sus interpretaciones que se ajusta perfectamente al uso del espacio y de los encuadres. Otro de los recursos más famosos de la película es la técnica de rodar una misma escena desde ángulos distintos para luego montar ambas y crear las famosas repeticiones de la película.  A ellas se refería el maestro: 

"Creo haber sido el primero en emplearlas en el cine. La entrada de los invitados en la lujosa mansión de los Nóbile y la subida por la escalera al piso superior la repetí dos veces consecutivas, sin otra variación que una toma en picado y otra en contrapicado. Cuando terminó de hacerse la copia, el fotógrafo Gabriel Figueroa vino a verme alarmado y me dijo «Oiga usted, la copia no está bien, una escena se repite.» Le dije: «Pero Gabriel, el montaje lo hago siempre yo mismo. Además usted filmaba conmigo y sabe que en la repetición usamos otro encuadre. Es una repetición voluntaria...» «Ah, ya veo», dijo, pero en verdad estaba asustado."

"La repetición me atrae, tiene un efecto hipnótico. En la película hay como veinte repeticiones. Unas se notan menos que otras."

Hay infinidad de análisis e interpretaciones de la película en la red. Si os ha gustado os recomiendo el análisis que publicaron los compañeros de Cine para gourmets en su sección de Cinefórum de sobremesa mientras preparábamos este post. Un clásico imprescindible rodeado de mucho misterio, unas dosis de humor muy negro y crítica muy dura a la clase alta. Buñuel en estado puro.

Lo mejor: Una dirección perfecta

Lo peor: No haberla visto en su época