sábado, 2 de marzo de 2013

Lincoln encadenado


Ya se han acabado los Oscar y tras la resaca de los premios y la gala, comparativas, críticas para Seth MacFarlane o análisis de vestidos, nosotros rescatamos una comparativa que nos había quedado en el tintero entre las dos cintas nominadas a película que consiguieron dos estatuíllas: los trabajos de Steven Spielberg y Quentin Tarantino, que de forma sorprendente presentan un elemento central común: la abolición de la esclavitud con dos visiones muy diferentes sobre el mismo tema.

Steven Spielberg ha realizado con Lincoln un cuidado ejercicio de clase de historia. Y es que la película es poco más que una tesis academicista y se reduce al notable ensayo de un alumno aventajado sobre la importancia capital del presidente norteamericano durante el proceso antiesclavista. En su afán por realizar una obra magna que limpie las aristas del político y que sea un ejemplo a seguir en el campo del biopic histórico, el que otrora fuera Rey Midas de Hollywood nos ofrece una película sin alma, donde los datos se agolpan de tal manera que solo sus compañeros de clase, iniciados en ese episodio de su historia nacional, serán capaces de seguir sin perder el hilo. A pesar de algunos aciertos en su guión como la compra de votos entre las bancadas republicana y demócrata, mostrando que la corrupción es tan antigua como la propia política, Spielberg se dedica a reproducir todos los elementos que se esperan de este tipo de film. En este sentido, y pese a tratar la temática de la libertad, el propio director se ve aquí esclavizado por el yugo de la historia y del formato clásico; paradójicamente tan encorsetado como el corsé de Scarlett, aquel que Mammy, la esclava más célebre del séptimo arte, ceñía en Lo que el viento se llevó.



En contraposición con Spielberg, el siempre personal Quentin Tarantino nos ofrece un relato mucho más libre, ya desde su premisa inicial centrada en un personaje ficticio en lugar de un icono universal. En Django desencadenado el autor de Pulp Fiction parece lastrado por algunas características de su particular estilo, pero en realidad parte de sus elementos habituales para seguir avanzando por esa senda autoconstruida que es su sello propio. Un estilo donde radica esa misma libertad transgresora que se ha convertido en identidad propia, original y creativa y que nada tiene que ver con la esclavitud formal y narrativa que limita la creatividad de Spielberg en Lincoln. En lo que parece un guiño a esos esclavos de las plantaciones que miraban con añoranza hacia sus orígenes africanos, Tarantino lanza su mirada hacia los orígenes italianos de su padre y nos ofrece un spaghetti western en toda regla. Pero el bueno de Tarantino va más allá, y además de ofrecernos su visión personal sobre otro género de culto, se permite la libertad de trufar la cinta con luchas de mandingos, litros de sangre y hasta una escena final más propia del cine de John Woo que del estilo de Sergio Leone.

Como los protagonistas de sus películas, los dos directores viven acomodados en la sociedad del poder (cinematográfico) pero abogan por la libertad desde los inicios de sus carreras. De todas maneras y pese a la revolución cinematográfica que supuso cada uno de ellos en sus respectivas épocas, en la actualidad ambos han perdido frescura y valentía. Spileberg, de la misma forma que el propio Lincoln, parece albergar dudas sobre dónde le llevaría esa libertad en caso de permitírsela y decide no arriesgar. En cambio Tarantino, al igual que el personaje interpretado por Christoph Waltz, llega a un punto en que decide auto inmolarse y reinventar sobre la marcha tanto la película como su propio estilo personal, con los defectos que puede cometer el que arriesga, pero con todos los aciertos de quien sabe que apuesta por el mandingo ganador.


13 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. pues eso muy buenas peliculas las dos. Un saludo.

      Eliminar
    2. Buenas Javier!

      La verdad es que no están mal

      Un abrazo!

      Eliminar
  2. 0_0

    Bueno, la verdad es que estoy bastante de acuerdo en las dos valoraciones. Por un lado Spielberg se pasa de academicista y frío en su peli (quien nos lo iba a decir) y Tarantino, pese a realizar una película muy disfrutable parece algo lejano a la genialidad de algunas de sus anteriores películas. Pero seguro que ambos aún dan mucho por hablar.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas David!

      Me gusta lo de "quien nos lo iba a decir". Yo estoy convencido de que si, que los dos aun darán mucho de que hablar. Sin ir más lejos Spileberg ya la está liando con la serie del Napoleón de Kubrick...

      Un abrazo!

      Eliminar
  3. Buena comparativa, aunque de Lincoln aún no puedo hablar porque siempre que he ido al cine estaba por verla, y luego me metía en otra, supongo que los muchos comentarios que he leído de que era un tostón, precioso eso sí, me han echado para atrás. Como bien decís, los dos están lejos de sus tiempos mejores pero a día de hoy siguen siendo dos de los directores más importantes e influyentes de la actualidad.

    Saludos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas María José!

      La verdad es que pese a ser un poco ladrillo, Lincoln no está nada mal. Ya dirás que tal cuando la veas

      Un besote!

      Eliminar
  4. A mi me han gustado mucho ambas, mirando Lincoln con un criterio puramente cinematográfico, sin entrar en frescos históricos o políticos, es obvio que a Spielberg no se le ha olvidado contar una historia. Un punto para ella. Por otro lado Bob Esponja Tatantino que bebe de... bueno la lista sería interminable, por hacer de nuevo ( y yo no soy un Tarantinófilo) una gran, gran película.

    Saludos
    Roy

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas Roy!

      Muy bueno lo de Bob Sponja Tarantino! Jajaja! Es la mejor definición que he visto en mucho tiempo

      Lincoln me ha ido mejorando poco a poco en el recuerdo y en parte es por sus virtudes puramente cinematográficas

      Un abrazo!

      Eliminar
  5. Esta claro que la crítica más dura y mordaz sobre la esclavitud la realiza Tarantino. Pocas veces (o ninguna) hemos asistido a tal espectáculo. Ni siquiera Spike Lee...
    "¿Matar blancos y que te paguen por eso"?... esta frase lo resume todo.

    Se le está dando muchos palos a Spielberg y creo que es injusto. El problema radica que el director es uno de los reyes de Hollywood, y está asociado al más puro entretenimiento. A Lincoln se la tacha de aburrida, yo lo achaco a que muchos espectadores (en los que me incluyo) esperabamos una visión más "trepidante" del presidente. El resultado ha sido una película demasiado política, sobre todo en su primera parte, pero con una dirección de escuela de cine magnífica. En todo caso me parece una buena película.
    Eso sí, como crítica de la esclavitud... llamemos a Django!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas Noodles!

      Spike Lee se pilló un rebote de la muerte. Jajaja

      La verdad es que supongo que si que es injusto, porque si la analizas a nivel formal tiene cosas muy bien hechas, de tdas maneras a mi se me amontonaban los datos y al final no sabía de que bando era nadie... Y eso se me hizo un pelín palo, aunque como dices la dirección es modélica

      Un abrazo!

      Eliminar
  6. Chicos por vuestro estupendo blog os habéis ganado una nominación a los Liebster Awards.

    http://www.cineenconserva.com/2013/03/cine-en-conserva-nominado-los-liebster.html

    Espero que os haga ilusión.

    Saludos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas de nuevo!

      Pues si que nos hace ilusión, especialmente viniendo de un blog al que le tenemos cariño!

      Un besote!

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...