Django desencadenado

Título original: Django unchained
Año: 2012
País: USA
Dirección: Quentin Tarantino
Guión: Quentin Tarantino
Intérpretes: Christoph Waltz, Jamie Foxx y Leonardo DiCaprio
Fotografía: Robert Richardson
Montaje: Fred Raskin

Web: http://www.sites.sonypicturesreleasing.es/sites/Django_Desencadenado/site/
Valoración: 7/10

Un grupo del Ku Klux Klan se dispone para una de sus cacerías. En esta ocasión su objetivo es Django, un negro libre que trabaja como cazarecompensas matando a blancos corruptos en nombre de la justicia. Justo antes de iniciar la persecución, el cabecilla comprueba que es incapaz de ver a través de los agujeros de su capucha. Esto provoca un delirante debate entre los miembros del KKK sobre si atacar a cara descubierta o encapuchados. Tras la discusión inician la cacería que terminará con una explosión de violencia y el asesinato del líder a manos de Django, filmado con ese estilo entre salvaje y poético a cámara lenta tan característico de Quentin Tarantino. Esta escena resume, no solo el estilo del autor de Pulp Fiction sino lo que encontraremos en Django Unchained: diálogos inverosímiles pero cargados de realismo y humor negro, puntos de vista sorprendentes sobre la realidad, la justicia, la venganza y especialmente la violencia, esa que Tarantino siempre domina y que maneja con tanta soltura.

Tarantino sigue la senda de cine histórico iniciada con su anterior película, la irregular Malditos bastardos, y recupera lo que fue con casi toda seguridad su mayor acierto, Christoph Waltz. El actor austríaco vuelve a ofrecernos un papel brillante, demostrando que se ha convertido en uno de los intérpretes más interesantes del momento. Junto a él, su inseparable Django, interpretado por Jamie Foxx, que pese a la solvencia de su interpretación queda siempre en segundo plano al lado de Waltz. Frente a ellos encontramos a Leonardo DiCaprio en un curioso y arriesgado papel, al que los excesos interpretativos y de maquillaje dejan más cerca de la escena teatral que de un papel cinematográfico. Completan el reparto un irreconocible Samuel L. Jackson y Don Johnson como cabecilla del KKK, demostrando de nuevo la obsesión del de Knoxville por recuperar a viejas glorias que marcaron época y que el tiempo ha cubierto de caspa.

Después de revisitar y reinventar el cine de gangsters (Reservoir dogs y Pulp Fiction), el blaxploitation (Jackie Brown), las cintas de artes marciales (Kill Bill), el grindhouse (Death proof) y el cine bélico (Malditos bastardos), le llega el turno al spaghetti western. Además del claro homenaje al Django de Sergio Corbucci (1966), una de las cintas más reivindicadas por Tarantino y de la que "calcó" la mítica escena de la oreja de Reservoir dogs, el que fuera enfant terrible del cine indie yankee repite los elementos quintaesenciales del género pero dándoles una vuelta de tuerca marca de la casa, y le añade así elementos que van desde las peleas de mandingos hasta una escena final más propia de John Woo que de las cintas de Sergio Leone.

Después de dos películas que parecían indicar que la fórmula magistral que lo llevó al estrellato entraba en decadencia y repetición, Tarantino remonta el vuelo y nos ofrece su mejor película desde Kill Bill. Aquí encontramos de nuevo todos sus rasgos característicos, tanto argumentales como de ritmo y el uso de la música, pero con frescura, nuevas ideas y por primera vez, un mensaje claro y complejo, un alegato anti-racista. Lo único que empaña la propuesta es su excesivo metraje, que termina por cansar en su segunda mitad, donde se sitúa la trama, y que queda muy por debajo de la primera hora y media. Con Django desencadenado recuperamos al mejor Tarantino, ése autor excesivo e irónico capaz de provocarnos, sorprendernos y reinventar, no solo géneros sino imágenes tan icónicas y de una sola lectura como una capucha del KKK.

Lo mejor: Christoph Waltz
Lo peor: Su excesivo metraje, con alguna escena alargada