viernes, 19 de agosto de 2011

El origen del planeta de los simios

Título original: Rise of the Planet of the Apes
Año: 2011
País: USA
Dirección: Rupert Wyatt
Guión: Rick Jaffa y Amanda Silver
Basado en la novela: El planeta de los simios de Pierre Boulle
Intérpretes: James Franco, John Lithgow y Andy Serkis
Fotografía: Andrew Lesnie
Música: Patrick Doyle
Montaje: Conrad Buff IV y Mark Goldblatt        

Valoración: 7/10
Web: http://www.elorigendelplanetadelossimios.es/


Will Rodman es un científico que experimenta con simios una vacuna contra el alzheimer, la terrible enfermedad que afecta a su padre. El nuevo fármaco funciona de forma asombrosa, ya que no sólo regenera las neuronas sino que mejora sus conexiones y los primates aprenden, por ejemplo, a resolver juegos de ingenio. Tras estos éxitos, el laboratorio convoca una reunión con los inversores para empezar las pruebas con humanos, pero el simio escogido para la presentación es una hembra que ha tenido una cría y que se rebela para defenderla, destruyendo el laboratorio y acabando con las esperanzas de Will y del proyecto. Will se hará cargo de César, el bebé simio, al que su madre ha transmitido los genes del nuevo fármaco.

El origen del planeta de los simios es, como su nombre indica, la precuela de la saga de El planeta de los simios que triunfó allá por los 70 y también de la desastrosa versión que Tim Burton realizó en 2001. La película logra ese equilibrio que Tim Burton no supo mantener entre ofrecer una mirada nueva a una historia conocida y hacer guiños al original -como la escena de César a caballo o la revolución que recuerda al cautiverio de Charlton Heston- consiguiendo además que el espectador no pierda interés pese a saber como terminará.


La historia es simple pero efectista y enlaza perfectamente con la cinta original de Franklin J. Schaffner. El punto de partida no es una evolución natural sino el empeño de unos humanos por rebelarse contra el orden natural de las cosas. Y esta negación de la teoría darwiniana es lo que parece haber movido a Rupert Wyatt, que se distancia de todos los directores que suelen hacer precuelas, secuelas y blockbusters varios sin mayor pretensión que hacer caja y logra levantar una cinta de una forma admirable con su empeño y el buen hacer de su equipo.

Rupert Wyatt logra una cinta de entretenimiento que no decae prácticamente en ningún momento y consigue que César llegue a transmitir sentimientos a una platea que se gana con creces. Las interpretaciones, encabezadas por el omnipresente James Franco, son simplemente correctas, con la posible excepción de Andy Serkis en el papel del primate protagonista y de John Lithgow que interpreta al padre de Will. Andy Serkis ostenta ya el título del mejor actor de perfomance capture, técnica con la que ya ha interpretado a Gollum en El señor de los anillos y al mismísimo King Kong en la versión de Peter Jackson. Litgow y Serkis nos ofrecen la escena más emotiva de la película que es a su vez el verdadero punto de inflexión que nos llevará a El planeta de los simios.


El mayor acierto del film consiste en el equilibrio entre lo emocional y lo espectacular. Y esto no sería posible sin dotar de una personalidad compleja al protagonista de la historia, César, ni sin mostrar su evolución emocional desde su infancia, pasando por el desarraigo que le provoca no pertenecer a ningún lugar, hasta su transformación en líder. Todos estos elementos consiguen que el espectador se sienta más identificado con los futuros habitantes del planeta que con sus coetáneos. La película tiene más aciertos, entre los que destaca un gran trabajo de creación visual que consigue imágenes de gran fuerza y que logra difuminar la línea entre los efectos especiales y la realidad en gran parte del metraje. Además sabe combinar de forma inteligente la acción con la historia, logrando un ritmo prácticamente perfecto con un final trepidante, apoyado en una buena banda sonora de Patrick Doyle.

Lo que parecía una película comercial más que tira de éxitos pasados para eludir la falta de ideas del cine americano se ha convertido en una grata sorpresa en medio de un agosto más con una cartelera desoladora. Viendo la calidad y el éxito ya se prevé una posible trilogía. Seguramente no pasará a la historia, pero es la película del verano. Al César, lo que es del César.

Lo mejor: Es una película de entretenimiento realmente entretenida
Lo peor: Después del (inesperado) éxito nos van a llover millones de precuelas

4 comentarios:

  1. Pues un poco he oido lo que comentas y una reivindicación general de una película que a priori no parecía reivindicable. Quizás algun día de estos me pueda escapar a verla. Un abrazo.

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  2. Hola David,

    la verdad es que a priori no pintaba nada bien y ha resultado una grata sorpresa. Eso sí, tampoco te esperes una obra maestra.

    Un abrazo!

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  3. Al César lo que es del César...excelente final. A mi me gustó mucho la original pero no vi ninguna de las secuelas y cada vez con menos ganas de ver la de Burton. En esta ocasión me apetece la precuela porque considero más interesante saber cómo se llegó a la original.

    Un abrazo.

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  4. Hola Worc,

    La película original es increíble! La de Tim Burton te diría que te la saltes y mira que soy super fan suyo, pero ahí se le fue bastante...

    Si te gusta la original y tienes curiosidad por ésta, te la recomiendo. Está bastante bien y enlaza perfectamente con El planeta de los simios

    Un abrazo!

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