Submarino

Título original: Submarino
Año: 2010
País: Dinamarca
Dirección: Thomas Vinterberg
Guión: Tobias Lindholm, Thomas Vinterberg
Basado en: Submarino de Jonas T. Bengtsson
Intérpretes: Jakob Cedergren, Peter Plaugborg
Fotografía: Charlotte Bruus Christensen
Música: Kristian Eidnes Andersen
Montaje: Andri Steinn y Valdís Óskarsdóttir

Valoración: 9/10
Web: http://www.golem.es/submarino/

Nick vive en un decrépito apartamento de protección oficial a las afueras de Copenhage, su vida gira en torno a la violencia y al alcohol. No mantiene ninguna relación desde hace años con su hermano pequeño, yonqui y padre soltero que vive en la misma ciudad. La infancia de ambos quedó marcada por la pobreza, el alcoholismo de su madre y por una tragedia que marcó el resto de sus vidas. Ahora los dos se encuentran en una espiral de autodestrucción luchando por sobrevivir en un mundo sórdido y hostil. Después de la muerte de su madre se volverán a encontrar en el funeral. La única preocupación de Nick es salir del entorno decadente en el que lleva metido desde pequeño, la de su hermano es sacar adelante a su hijo y poder tener un chute cada día.

Thomas Vinterberg, director de la magnífica Celebración, nos ofrece una vez más un viaje hacia la parte más lúgubre de una familia disfuncional, con dos golpes maestros, uno al principio que es el que nos sitúa en el contexto de la película, el segundo al final, cuando se deja claro que nada de lo que les pasa a los personajes es culpa de ellos. La cinta se divide en dos partes con un  prólogo y un epílogo. En la primera parte vemos la vida de Nick y el entorno frío y sórdido donde se mueve, da la sensación que su hermano menor tiene que llevar una vida mejor, sabemos  por una llamada telefónica que tiene un hijo y que viven en su propio piso. Es en la segunda parte cuando vemos que la vida del hermano menor de Nick no es  lo que parecía y vive una situación al límite, compaginando su vida de yonqui con la de padre soltero.

Submarino es un drama muy duro que pretende narrar el origen de la marginalidad de dos hermanos en busca de la redención y en uno de los mejores países del bienestar del planeta. La cinta, con una dirección impecable, fue acusada de tremendista por la dureza de alguna de sus escenas. No comparto la opinión, será porque no me gustan los dramas pastelosos y prefiero el realismo y fiel retrato de las clases marginales. El guión está muy bien construido y en todo momento entendemos lo que pasa por la cabeza de cada uno de los personajes. Hay que destacar la interpretación de Jakob Cedergren en el papel de Nick, con una mirada destrozada por los fantasmas del pasado que junto con la fría fotografía de la película proporciona una atmósfera que asfixia de la que no hay salida, como en un submarino. Sin ningún planteamiento moral y sin lecturas de ningún tipo, asistimos como público objetivo a una de las historias más duras del año pasado de la mano del director de la aclamada (e incómoda) Celebración.

Lo mejor: El guión y su atmósfera

Lo peor: Poco, más bien poco