Memories of murder (Crónica de un asesino en serie)

Título original: Salinui chueok
Año: 2003
País: Corea del sur
Dirección: Bong Joon-ho
Guión: Bong Joon-ho, Shim Sung-bo
Basado en: la obra de teatro de Kim Kwang-rim
Intérpretes: Song Kang-Ho, Kim Sang-Kyung, Kim Roe-Ha
Fotografía: Hyeong-gyu Kim
Música: Taroh Iwashiro
Montaje: Sun-min Kim

Web: http://www.filmin.es/pelicula/cronica-de-un-asesino-en-serie
Valoración: 9/10

Año 1986. Una joven aparece brutalmente violada y asesinada en la Corea del sur rural, en plena dictadura militar. Será la primera víctima de una serie de violaciones y asesinatos en serie que golpearán con fuerza al país, una región que nunca antes había conocido semejantes atrocidades. El policía local, Park Doo-man, y el agente proveniente de Seúl, Seo Tae-yoon, serán los responsables del caso, dos agentes radicalmente opuestos en sus métodos. Una investigación saturada de pistas falsas, errores humanos múltiples y una infinidad de trayectorias sin salida dejarán a los dos protagonistas sumidos en la absoluta desesperación a medida que avanzan los días, mientras, cada vez se encuentran más lejos de la resolución.

Memories of murder nos muestra un entorno rural en un régimen dictatorial en el cual los métodos de defensa al ciudadano son más bien pocos. La película nos narra en clave de thriller policial todo un manual de malos usos y métodos dudosos del buen policía a través de un caso real que sacudió al país entero durante varios años. Para ponerlo en práctica tenemos a los dos agentes protagonistas, el día y la noche. El agente Park Doo-man, un paleto bonachón que va dando tumbos empleando la violencia indiscriminadamente sin ton ni son. Su compañero de investigación, el agente Park Doo-man, licenciado en la universidad de Seúl, idealista, astuto y reflexivo, no tardará mucho tiempo en verse superado por las circunstancias. Los dos policías van acompañados por un elenco de secundarios llenos de carisma que llenan la historia a través de sus matices perfectamente dibujados.

Por mucho que se elogie el reparto de la película, la clave su éxito es una dirección en estado de gracia permanente acompañada por un guión (con brillantes momentos de humor) y una banda sonora hechos a medida. Memories of murder es un homenaje a la incompetencia, al dolor de la impotencia y al sabor de la derrota. Esa interminable investigación y sus distintas fases nos llevarán al final de la película hacia un clímax de dimensiones épicas, una escena en plena lluvia en la que nos daremos cuenta de la evolución y del desgaste de sus fatigados personajes.

Bong Joon-ho, director de The host y Mother, revolucionó el Festival de San Sebastián el año 2003 con Memories of murder, y tras los elogios llegaron la Concha de Plata a mejor director, el premio a mejor director novel y el FIPRESCI del festival. Es una de las cintas más importantes de la cinematografía coreana contemporánea y un thriller policial que recordará a muchos al cronológicamente posterior filme de David Fincher del asesino del zodiaco en clave oriental. Hemos podido rescatar la película gracias al Festival de Cine Asiático del Lost Highway blog y su retrospectiva moderna de Corea del sur, cinco títulos imprescindibles del cine actual. 

Lo mejor: Una dirección perfecta

Lo peor: No estar preparado para su final

Bong Joon-Ho habla de Memories of murder

“En primer lugar pensé en las familias de las víctimas: en muchos momentos me pregunté si tenía derecho a hacer esta película. Escribir el guión me resultó muy difícil, y siempre tuve presente la responsabilidad que asumía ante las familias de las víctimas. En muchos thrillers la muerte es simplemente un juego o un rompecabezas, pero en Memories of murder la muerte va siempre acompañada de tristeza y cólera. Esta película hace sentir lo profundamente terribles y trágicos que son los asesinatos. Yo siento una enorme tristeza por la muerte de aquellas mujeres; no sólo siento rabia hacia el asesino, sino que me enfurecen las circunstancias que permitieron que aquellas mujeres fueran asesinadas, y espero que el público que vea la película sienta lo mismo que yo”.

“El tema es tan serio que traté de mantenerlo oculto tras la pantalla. Es parecido a unas tajadas de carne sobre un bol de tallarines. Si la carne representa el significado político y social de la década de los ochenta, los tallarines son lo cotidiano que rodea esos elementos. La ‘carne’ ha sido preparada con fundamento en la película, mientras que los ‘tallarines’ han sido manejados con un toque ligero, enérgico. La extraña tensión que se crea entre esos dos elementos es parte del atractivo de la película. Quería asegurarme de que incluso las generaciones más jóvenes, que no sabían nada de los casos, disfrutarían con los ‘tallarines’: dos policías que son como aceite y agua se convierten gradualmente en personajes opuestos a medida que se van viendo cada vez más inmersos en el caso... Los intensos y rápidos cambios en los personajes se convierten en el punto central”.