lunes, 29 de julio de 2013

Cautiva

Título original: Captive (Captured)
Año: 2012
Director: Brillante Mendoza
Guión: Brillante Mendoza, Boots Agbayani Pastor
Música: Teresa Barrozo
Reparto: Isabelle Huppert, Maria Isabel Lopez, Mercedes Cabral
Montaje: Yves Deschamps, Kats Serraon

Valoración: 8/10
Web: http://www.golem.es/cautiva/



El cine de Brillante Mendoza se fundamenta en dos pilares básicos: el costumbrismo y el terror, dos caras de su país natal que siempre retrata siguiendo la senda del cinéma vérité. En el tramo final de la imprescindible Foster child, su protagonista llegaba a un hotel de lujo para encontrarse con unos turistas extranjeros, futuros padres adoptivos. Después de más de una hora inmersos en la entrañable vida de sus personajes, la escena nos sacude momentáneamente con la presencia de soldados del ejercito armados hasta los dientes dispuestos en la entrada del hotel para proteger a los visitantes extranjeros. Con esa simple imagen y sin conocer prácticamente nada del país nos quedamos con una idea: los secuestros son una práctica habitual en algunas zonas de Filipinas. Un par de años más tarde Brillante Mendoza volvía a retratar el costumbrismo en la primera mitad de Kinatay para saltar de forma abrupta al terror cotidiano más crudo en la que era su película más oscura hasta la fecha.

Cautiva nos acerca a la historia real de una oleada de secuestros ocurridos en Filipinas el año 2001. Un grupo de unas 20 personas formado por turistas y cooperantes de ONGs son secuestrados en un hotel de la playa de Palawan por el Abu Sayyaf Group (ASG), terroristas islámicos que pretenden la independencia de la isla de Mindanao. Los secuestradores y sus rehenes, perseguidos por el ejército, iniciarán un periplo que los llevará selva a través durante más de un año. En este largo periodo, retratado de forma magnífica, sus personajes evolucionan pasando del horror inicial de los rehenes a una convivencia más o menos cotidiana tras varios meses de secuestro. Un periodo de tiempo suficiente para vivir nacimientos, bodas o funerales, para que un personaje pase de cautivo a secuestrador tras su conversión al islam o para que una de las secuestradas descubra en uno de los terroristas a un niño que es en realidad una victima más del conflicto y que podría ser su propio hijo.



La maestría de Mendoza en Cautiva se hace evidente en los detalles que humanizan y dan realismo a la historia. El director filipino transmite con acierto tanto el terror, el hastío y la desolación como esa capacidad de supervivencia y esperanza que demuestran los secuestrados gracias a una mezcla de imágenes preciosistas, tiroteos y escenas intimistas. Entre las imágenes evocadoras de paz destaca el momento onírico en que el personaje de Thérèse Bourgoine, la cooperante francesa interpretada por Isabelle Huppert ve al sarimanok, un pájaro mitológico de Mindanao de origen islámico que representa la buena suerte y la paz. Las escenas de acción, rodadas con soldados profesionales usando balas de fogueo para añadir realismo, evitan las ralentizaciones tan de moda del cine contemporáneo y nos trasladan al caos de la acción gracias a un montaje certero y abrupto. Pero como siempre, donde Mendoza sobresale es en las escenas cotidianidad, que culminan en la visita a una escuela, escena donde las secuestradas disfrutan de un pequeño oasis con los niños mientras las mujeres que se encargan de la escuela les dan su apoyo sin involucrarse en el conflicto.

El realismo que transmite la película sería imposible sin las magníficas interpretaciones, no solo de Isabelle Huppert sino de todo el reparto, donde podemos ver incluso a la protagonista de Lola en un pequeño papel. Mendoza mantuvo separados a los actores que interpretan a los rehenes y a los cautivos en dos grupos y no permitió que se viesen hasta el primer día del rodaje, ya metidos en sus papeles, para marcar un muro entre ellos que se iría rompiendo poco a poco durante un rodaje que seguía la misma línea de tiempo que la historia, dando un mayor realismo a las relaciones entre los personajes. Isabelle Huppert además, basó su interpretación en la lectura del libro autobiográfico de Ingrid Betancourt, secuestrada durante más de seis años por las FARC.


Con Cautiva Brillante Mendoza da un paso más allá en su filmografía y pasa a ser un agente activo en la crítica contra la violencia de su país, ya que además de retratar una realidad filipina mostrando algunas pinceladas del horror como había hecho hasta ahora, toma partido y critica de forma contundente unos hechos reales que aun se dan en la actualidad. Pero no se queda solo ahí, la crítica también está presente en la participación del gobierno, del ejercito e incluso de los países del primer mundo que prefieren no pagar un rescate a terroristas aunque suponga la muerte de uno de sus ciudadanos. Cautiva dividirá a la audiencia, por su ritmo, su distanciamiento con otras obras del propio Mendoza, su crudeza e incluso por su enfoque documentalista, pero confirma a Mendoza como uno de los directores más importantes y personales de la actualidad.

Lo mejor: Su capacidad para transmitir las sensaciones de los cautivos
Lo peor: Las incursiones del digital, fuera de lugar en una cinta tan realista y cruda

6 comentarios:

  1. La aparición de Isabelle Huppert ya me suele hacer una película atractiva y leyendo tu entrada tengo aún más ganas de verla... A ver si no se me escapa de la cartelera.

    Un abrazo

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    1. Buenas Mara!

      Pues lo que se anunció como un bluff poco a poco tiene más fans. Ya dirás que te parece cuando la veas

      Un besote!

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  2. Pintaza; como a Mara, a mí Isabelle Huppert me gusta mucho y su participación mejora la propuesta sin duda. La peli tiene actualidad. Un saludo, Xavi.

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    1. Buenas Javier!

      Lo que le decía a Mara, al principio parecía que era una peli para minorías pero cada vez somo más los que encontramos sus muchas virtudes. Y lo de Huppert siempre es bienvenido, claro ;P

      Un abrazo!

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  3. Pues estoy muy de acuerdo en ese notable alto y en la mayoría de los aspectos de la valoración. Otro de los logros de Mendoza es ese caos que él retrata tan bien (la Manila de Serbis en un ejemplo brutal) y que en la primera mitad sobre todo, en muchos momentos, se apodera de la pantalla. Y en la linea del pájaro mitológico, hay varios momentos (el de los delfines junto al del pájaro es enorme) en que de lo más profundo del horror surge la poesía, la belleza, la vitalidad. Pocos saben reflejar esa belleza de lo hostil, de la pobreza, del horror, de la suciedad como lo hace en casi todas sus películas el director filipino. Esperaremos otras cintas suyas pendientes de estreno (o miraremos de recuperar alguna) porque sin duda Brillante Mendoza, cada vez más, hace honor a su nombre.

    Un abrazo.

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    1. Buenas!

      Lo de los delfines cayó de la versión de la final de la crítica para no extenderme aún más, pero es de mis escenas favoritas, que refleja perfectamente como dices esa belleza del horror

      Un abrazo!

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