Elena

Título original: Elena
Año: 2011
País: Rusia
Dirección: Andrei Zvyagintsev
Guión: Oleg Negin
Intérpretes: Nadezhda Markina, Elena Lyadova, Aleksey Rozin
Fotografía: Mikhail Krichman
Música: Philip Glass
Montaje: Anna Mass

Valoración: 8/10

Un cuervo posa en la fría rama de un árbol descansando delante de la acogedora casa donde vive Elena que está a punto de despertarse, mal augurio. Elena es una mujer de mediana edad que vive con el que parece ser su pareja, Vladimir, un jubilado acomodado de clase alta. El hijo de Elena, en paro y padre de dos niños, vive en la mediocridad gracias al dinero de la paga de su madre. La hija de Vladimir, sin embargo, lleva una vida cómoda gracias a la fortuna de su padre que le permite no tener que dedicarse a ninguna actividad profesional, como diría su propio padre “toda una hedonista”. Elena no sabe lo que significa ser hedonista, su máxima preocupación es ayudar económicamente a su nieto para que ingrese en una universidad pidiéndole ayuda al solemne y taciturno Vladimir.

Elena corre el riesgo de pasar desapercibida entre los demás estrenos de este verano tras hacer su debut en nuestro país el mismo fin de semana que The dark knight rises (hay que tener valor). Ganadora en Cannes del premio especial del jurado en la sección Un certain regard, las expectativas de la nueva película del cineasta ruso Andrey Zvyagintsev eran muy altas para todos aquellos que nos quedamos prendados con El regreso. Una única sala de cine exhibe la película en Barcelona y dos en Madrid, así que desde este humilde rincón queremos recomendar la película a todos los amantes del cine de autor de calidad.

Elena muestra la radiografía de una Rusia a dos velocidades, expresión muy de moda en Europa estos días. La pobre Elena, interpretada magistralmente por Nadezhda Markina, habita en la frontera entre esas dos Rusias, o más bien dicho en el andén central donde se cruzan. Un Zvyagintsev en pos de un metódico estilo propio, más lejos del Tarkovski de su obra inicial y más cerca de Greenaway, vuelve a abordar la introspección de la figura paterno-filial y sus contradicciones en clave simbólica. La contundente banda sonora compuesta por Philip Glass a base de cuerdas facilita un excelente manejo del tiempo que confluye en suspense por naturaleza.

Andréi Petróvich Zviáguintsev entró en la escena internacional el año 2003 cuando se alzó con el León de Oro en el Festival de Venecia por su ópera prima, El regreso. Muchos premios internacionales se sumarian a la película tras la cual llegó en 2007 El destierro, presentada en el Festival de Cannes. Elena viene a refrescar las salas de cine este verano con un aire soviético de estética fría y calculada para todos aquellos que os gusta ver algo más allá de lo convencional.

Lo mejor: El suspense que Zviáguintsev genera de la nada.
Lo peor: Que el mejor estreno del verano pase desapercibido en medio de una oferta mediocre y muy manida.

Elena